En recuerdo de Emilio Iranzo

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EMILIO IRANZOEmilio Iranzo se nos acaba de marchar y nos alcanza un sentimiento de orfandad profesional y de aflicción por la ausencia de quien fuera el fundador y primer presidente de nuestra querida SEPR. Emilio, Don Emilio como comenzamos a llamarle en nuestros primeros contactos, ha muerto en Requena, el lugar adonde siempre quería volver, su ciudad, culminando una larga y fructífera andadura personal y profesional.

Su faceta profesional comenzó a cristalizar en un ya lejano 1955, cuando en la entonces Junta de Energía Nuclear (JEN) se decidió iniciar el desarrollo de la disciplina de Protección Radiológica. En ese año, comisionado, junto con D. Eduardo Ramos, primer jefe de Sección de Medicina y Protección de la JEN, viajó a la Universidad de Rochester en Nueva York, donde, en el denominado "Atomic Energy Project", adquirió los conocimientos existentes en la época sobre las características de las radiaciones ionizantes y sus efectos biológicos, los conceptos y técnicas de dosimetría y, en definitiva, las técnicas y procedimientos de protección contra dichas radiaciones. Tras una serie de prácticas en el Laboratorio Nacional de Brookhaven, y ya de vuelta en la JEN, conformó con otros colegas el núcleo profesional que introduciría e iniciaría la actividad de Protección Radiológica en España y su difusión mediante la formación, asesoramiento y apoyo al personal de las instalaciones hospitalarias, nucleares y de investigación que, a partir de entonces, iniciaron la aplicación de los radioisótopos en la medicina, la industria y en la futura producción de energía nuclear.

Un acontecimiento indeseado, el accidente nuclear de Palomares, ocurrido en 1966, marcó en gran medida el desarrollo posterior de su carrera. En efecto, el establecimiento del llamado Proyecto Indalo, tras las primeras actuaciones de emergencia llevadas a cabo en la zona, tuvo en Emilio su jefe y principal responsable hasta su jubilación, muchos años después. Fue él, el motor incansable de todas las actividades de reconocimiento, medida, vigilancia y control de la zona y sus habitantes, a lo largo de los años. Sin embargo, esta ingente tarea, no impidió su constante actividad internacional; por el contrario, la impulsó y fueron frecuentes sus viajes y colaboraciones con los Estados Unidos, donde continuó la actualización de sus conocimientos, así como su enriquecedora participación en foros como EURATOM, NEA-OCDE, OIEA, etc., con los mejores expertos de cada país, en los que adquirió un gran prestigio internacional y desde donde contribuyó a establecer tanto las prioridades de investigación, como las normas y recomendaciones de actuación y los procedimientos de aplicación más adecuadas para el progreso de nuestra disciplina.

En 1980, Emilio Iranzo da forma a una idea largo tiempo madurada e impulsa la creación en España de una sociedad que agrupe el esfuerzo de los especialistas españoles en Protección Radiológica. Tras numerosos contactos con sociedades análogas de otros países desarrollados y su experiencia como miembro desde 1956 de la Health Physics Society, se establece, bajo su coordinación, una comisión gestora que abocará en la actual SEPR, cuya asamblea constitutiva tuvo lugar el 19 de noviembre de dicho año, eligiendo su primera Junta Directiva con Emilio como presidente. Bajo su presidencia, en 1982, la SEPR es admitida como asociada y representante única de España por la International Radiation Protection Association (IRPA). Desde ese momento, Emilio participa activamente en diversos comités IRPA y, junto con otros colegas españoles, realiza una labor constante en el seno de dicha asociación internacional, esfuerzo que se verá recompensado años después de su retiro profesional, con la celebración en Madrid del Congreso Mundial IRPA 11, en 2004. Años antes de ese acontecimiento, Emilio, a quien su SEPR había hecho socio de honor en 1985, durante el V Congreso Nacional celebrado en Córdoba, presidió en 1991 el I Congreso Europeo, que se celebró en Salamanca para dar a conocer las implicaciones de las nuevas recomendaciones de ICRP en las prácticas e intervenciones de Protección Radiológica, congreso que sirvió de lanzadera para futuras reuniones internacionales con Sociedades hermanas como la francesa y la italiana y de los Congresos Europeos de Protección Radiológica.

Seguro que nos olvidamos de muchas cosas, pero valga lo dicho como muestra del quehacer de Emilio que fue extenso, fecundo y provechoso. Copiando a Alejo Carpentier, podemos decir que se mostró en muchos escenarios y vistió muchos trajes, siempre con la honestidad y eficacia que le caracterizaron. Él, no solo contribuyó en gran medida a la introducción de la protección radiológica en España, sino que ayudó a abrir la puerta de su homologación internacional. Modificando un famoso verso del Orlando Furioso, su descanso fue el trabajar y, así, pudo demostrar la razón del proverbio africano que asegura que, si se imagina, hay un camino. Emilio lo imaginó y aquí estamos hoy, en ese camino por él imaginado que es nuestra, su, SEPR, comunidad que nos une y nos reúne para conducirnos adecuadamente por la esencia de nuestra profesión.

Enviamos desde aquí un cariñoso abrazo a su familia, con nuestro más profundo agradecimiento a su legado, que siempre nos servirá de guía y de consuelo.

Descanse en paz Emilio, amigo y maestro.