Buenos días, En primer lugar quería darles las gracias porque no es la primera vez que les hago una consulta y siempre resuelven mis dudas muy amablemente. He comprado un radiador por infrarrojos para la habitación de mis bebés puesto que es el único que no quema cuando lo tocan. Pero ahora me pregunto si podría tener algún efecto perjudicial para su salud. Les agradeceríamos si pudieran proporcionarme algo de información al respecto. Muchísimas gracias.
Los riesgos más estudiados y mejor conocidos de la exposición a radiación infrarroja (IR) intensa son los relacionados con sus efectos térmicos sobre el ojo y sobre la piel.
El ojo es un órgano escasamente irrigado, por lo que su capacidad para disipar el calor es limitada. Una exposición prolongada a radiación IR intensa puede derivar en ulceraciones en la córnea, daños en la retina o cataratas.
La piel disipa bien el calor, pero existen indicios serios de que la exposición IR frecuente o prolongada puede provocar envejecimiento prematuro de la piel y daños cutáneos por inflamación, angiogénesis y alteración de determinadas proteínas presentes en la dermis y en la matriz extracelular.
Un uso correcto de las calefacciones por radiación UV (ver instrucciones de seguridad en el manual del equipo) y una supervisión parental prudente, que mantenga a los niños a una distancia adecuada de los elementos radiantes, serán suficientes para evitar con facilidad los riesgos descritos arriba.
En primer lugar quería darles las gracias porque no es la primera vez que les hago una consulta y siempre resuelven mis dudas muy amablemente.
He comprado un radiador por infrarrojos para la habitación de mis bebés puesto que es el único que no quema cuando lo tocan. Pero ahora me pregunto si podría tener algún efecto perjudicial para su salud. Les agradeceríamos si pudieran proporcionarme algo de información al respecto. Muchísimas gracias.
Los riesgos más estudiados y mejor conocidos de la exposición a radiación infrarroja (IR) intensa son los relacionados con sus efectos térmicos sobre el ojo y sobre la piel.
El ojo es un órgano escasamente irrigado, por lo que su capacidad para disipar el calor es limitada. Una exposición prolongada a radiación IR intensa puede derivar en ulceraciones en la córnea, daños en la retina o cataratas.
La piel disipa bien el calor, pero existen indicios serios de que la exposición IR frecuente o prolongada puede provocar envejecimiento prematuro de la piel y daños cutáneos por inflamación, angiogénesis y alteración de determinadas proteínas presentes en la dermis y en la matriz extracelular.
Un uso correcto de las calefacciones por radiación UV (ver instrucciones de seguridad en el manual del equipo) y una supervisión parental prudente, que mantenga a los niños a una distancia adecuada de los elementos radiantes, serán suficientes para evitar con facilidad los riesgos descritos arriba.
Atentamente,
Grupo de Trabajo en Radiación No Ionizante, SEPR