[#2150] - CABLES DE ALTA TENSION ENTERRADOS

Buen dia! Estamos analizando comprar una casa que tenía una torre de alta tensión enfrente (a 25/30 metros aproximadamente). Hace unos meses enterraron los cables bajo tierra y desmantelaron las torres en la zona. Todo el cableado pasó a ser subterráneo. ¿Es peligroso? ¿Se anula la radiación al estar enterrados?. No sé a qué profundidad fueron enterrados. Vivimos en Rosario, Santa Fe, Argentina. Adjunto imagen con flechas en la torre que antes existía (y ahora fue desmantelada) y de la casa en cuestión. Gracias.

Estimada señora,

La ubicación de la torre es poco relevante en este caso. Si necesitásemos hacer algún tipo de estimación de los niveles de campo electromagnético (CEM) en las proximidades de la vivienda de su interés, deberíamos conocer al menos la tensión de la línea y las características y trazado de la zanja por la que discurren actualmente los cables eléctricos. Pero, como verá a continuación, lo más probable es que en esa vivienda la exposición a campos electromagnéticos de 50 Hz (frecuencia industrial en Argentina) provenga casi exclusivamente de fuentes interiores al inmueble (calefacción eléctrica, electrodomésticos, etc.), ya que los niveles de campo emitido los cables enterrados que alcancen a la casa serán prácticamente nulos. Para empezar, el componente eléctrico del CEM ni siquiera alcanzará a la superficie del terreno, porque quedará apantallado completamente por el enterramiento. En segundo lugar, el hecho de aproximar entre sí los cables para situarlos en la zanja, contribuye a reducir significativamente el alcance del campo magnético emitido por la línea. En el documento adjunto se comparan los niveles estimados de campo magnético (en microteslas, µT) en dos líneas eléctricas de 400 kV, una aérea (izquierda) y otra enterrada (derecha). Lo más relevante es la diferencia en el alcance del campo en el eje horizontal. En efecto, para que los niveles de campo se acerquen a 0 µT, en el caso de la línea aérea tendremos que alejarnos casi 80 m de la vertical de los cables, mientras que en caso de enterramiento, una distancia de 5 m con respecto a la zanja bastaría para que la exposición al campo fuera casi nula. Otro factor, mucho menos relevante en el caso que nos ocupa, es el alcance del campo en el eje vertical. Como la intensidad del campo incrementa con la proximidad a los cables, en el caso de la línea aérea encontramos que a nivel del suelo y a 0 m de la vertical de los cables, puede alcanzarse un valor de aproximadamente 5,5 µT. En el caso de la línea enterrada, el campo en el mismo punto podría superar los 60 µT. Ahora bien, a una altura de 2 m sobre el suelo, los valores de campo serían similares en ambos tipo de líneas: aproximadamente 7 µT. Y estos niveles de campo no se consideran nocivos en el caso del tipo de exposiciones breves y esporádicas recibidas cuando se pasea por las proximidades de la línea enterrada. Eso sí, en algunos países las zonas de enterramiento están señalizadas en aquellos puntos concurridos en los que las personas puedan permanecer lapsos relativamente prolongados. También se recomienda no ubicar zonas de recreo infantil en áreas situadas inmediatamente encima de una línea enterrada.

En definitiva, no hay razones para pensar que la exposición residencial a campos de 50 Hz en la vivienda de su interés pueda verse incrementada por la proximidad de la línea subterránea existente en la urbanización.

Atentamente,
Grupo de Trabajo en Radiación No Ionizante, SEPR