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Terapia

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[#1558] - Yodo radiactivo

EXPERTO SEPR - [#1558] Hace 2 semanas.
Hola, a mi marido suministrarán yodo radiactivo para tratar un cáncer de tiroides. Estoy embarazada. ¿Cuánto tiempo debo tomar medidas de seguridad? Me gustaría saber cuánto tiempo debe pasar para que el riesgo radiológico sea nulo.
CARMEN ALVAREZ GARCIA EXPERTO SEPR - [#1499] Hace 3 días.
Buenos días

En contestación a su consulta, la podemos asegurar que el tratamiento al que van a someter a su marido para controlar su enfermedad está muy justificado y que el beneficio que se obtenga es muy superior al riesgo de no realizarlo.

El yodo 131 (I-131) es el isótopo radiactivo utilizado principalmente en el tratamiento de pacientes con enfermedades de tiroides (como el hipertiroidismo y el cáncer diferenciado de tiroides (CDT)). La administración se realiza en forma de NaI (Ioduro sódico) por vía oral, en forma de cápsulas o forma líquida, o bien vía endovenosa. El 131 se absorbe en el tracto gastrointestinal, pasa al torrente sanguíneo y es parcialmente atrapado en el tejido tiroideo funcional, eliminándose el resto con las excretas, sudor, saliva, etc., siendo la orina la vía fundamental de eliminación (entre el 70 y el 90 % de la actividad administrada se elimina por orina en las 48 primeras horas en el caso del CDT. Además, hay que tener en cuenta que el I-131 tiene un semiperiodo físico de 8 días, es decir, cada 8 días se reduce su actividad a la mitad debido a su proceso de desintegración radiactiva. De modo que al cabo de unas semanas apenas queda I-131 en el organismo.

Los procedimientos terapéuticos en los que se utiliza I-131 pueden producir una exposición significativa de otras personas, sobre todo aquellos involucrados en el cuidado y apoyo de los pacientes. De ahí que las personas que cuiden a tales pacientes en el hospital o en el hogar requieran una consideración particular. En el caso del CDT el paciente es normalmente ingresado en el hospital en habitaciones especiales blindadas frente a la radiación, hasta que la tasa de dosis de radiación que emite no suponga un riesgo significativo para las personas de su entorno (cuidadores, familiares, compañeros de trabajo y público en general). A partir de 21 mCi de actividad de I-131, el paciente debe ser ingresado y controlado desde el punto de vista de la protección radiológica para darle instrucciones y restricciones que debe llevar a su salida del hospital en función de su tasa de dosis o de la actividad residual que tenga.

El I-131 emite radiación beta y gamma. Su efecto terapéutico se debe a la radiación beta (con un alcance en tejido biológico del orden de mm; la radiación beta, salvo en el caso de contaminación radiactiva por personas próximas al paciente, solo afectará al propio paciente), mientras que la radiación gamma emitida, de energía relativamente elevada, hace que sea necesario tomar medidas de protección radiológica en torno al paciente tratado.

Por orden de importancia se dan los siguientes tipos de exposición: por una parte el paciente es una fuente radiactiva en sí mismo de exposición externa, por otra parte existe riesgo de contaminación radiactiva a través de las secreciones en orina, saliva, sudor, etc., indicando las investigaciones efectuadas hasta la fecha, que las dosis asociadas a la posible contaminación interna son menores del 10% de las dosis asociadas a la exposición externa producida por el paciente. También puede existir riesgo por la vía de inhalación del yodo volatilizado en el aire, o un riesgo de exposición a través de los vertidos por vía medioambiental, aunque ambos riesgos se pueden considerar despreciables según la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP).

Para reducir la exposición a la radiación se pueden aplicar las conocidas reglas de distancia, tiempo y blindaje. Para evitar la contaminación radiactiva, hay que aplicar las mismas normas que para la contaminación biológica, evitando entrar en contacto directo con la sustancia radiactiva.

La ICRP en su publicación 94 no recomienda explícitamente que el paciente deba ser sistemáticamente hospitalizado tras la administración de actividades elevadas de radiofármacos, sino únicamente que se cumplan los límites de dosis de público y las restricciones de dosis para el resto de personas implicadas. Según esta publicación el aislamiento del paciente disminuye las dosis a público y familiares, pero aumentan las dosis del personal expuesto del hospital. Añade, además, que deben tenerse en cuenta los costes sociológicos y de otros tipos que la hospitalización puede tener para el paciente. En relación con la hospitalización, la publicación 103 de ICRP indica que la decisión de hospitalizar o dar el alta a pacientes después de terapia con I-131 debería hacerse sobre una base individual que considere distintos factores, incluyendo la actividad remanente en el paciente, los deseos de éste, consideraciones familiares (particularmente la presencia de niños y embarazadas), factores medioambientales y las regulaciones existentes.

Con el fin de garantizar el cumplimiento de los límites y de las restricciones de dosis, es posible que el paciente tenga que modificar sus hábitos de vida durante un periodo de tiempo tras la salida del hospital (contacto interpersonal en el ámbito familiar y laboral, asistencia a espectáculos públicos, viajes etc.). La duración de este periodo dependerá de características específicas del paciente: tasa de dosis en el momento del alta, así como de sus condiciones personales: situación familiar y sociolaboral, edad, presencia de niños o embarazadas en su entorno etc. Todas estas circunstancias deberán ser conocidas a la hora de dar el alta radiológica, la cual se acompañará de un documento de instrucciones a seguir durante el periodo de tiempo que corresponda en cada caso. En su caso, deberán darle unas instrucciones donde se indiquen las restricciones que debe llevar durante los días posteriores al alta del hospital.

En su caso concreto y atendiendo a su pregunta, para evitar cualquier riesgo, tanto en el caso de niños menores de 5 años como en el caso de mujeres embarazadas que son los grupos más sensibles, procuren no tener contacto con el paciente durante un periodo de dos semanas, y si tienen contacto con él, que sea a una distancia mínima de 1,5 metros. Además, siempre el paciente ha de dormir solo. En dos semanas, prácticamente no queda yodo radiactivo en el organismo del paciente.

Para más información, el Foro de protección radiológica en el medio sanitario, formado por el Consejo de Seguridad Nuclear, y las Sociedades Españolas de Protección Radiológica y de Física Médica publicó un documento en relación con este tema que podrá encontrar en:
https://www.csn.es/documents/10182/1006281/Criterios%20de%20alta%20de%20pacientes%20y%20medidas%20para%20la%20protecci%C3%B3n%20radiol%C3%B3gica%20del%20p%C3%BAblico%20-despu%C3%A9s%20de%20tratamientos%20metab%C3%B3licos%20con%20Yodo-131

En este documento se establecen diferentes tiempos y medidas a aplicar a las personas a proteger, dependiendo fundamentalmente de la tasa de dosis del paciente al recibir el alta hospitalaria.

Un saludo

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