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Hace dos años mi hija de doce años tenia unos fuertes dolores abdominales y viendo que pasados dos días la niña seguía con dichas molestias, la llevamos por urgencias pediátricas a un conocido Hospital de Madrid. Después de una serie de pruebas decidieron realizarla una radiografía de abdomen. En dicha radiografía se comprobó que solo se trataba de un problema de gases y concentración de heces en el intestino. He podido constatar que la radiografía de abdomen es de las más altas en dosis de radiación en millisievert. Mi pregunta es si para una niña de 12 años no será excesiva esa dosis de radiación en su cuerpo (40 kgs de peso) y pueda causar efectos nocivos con el tiempo. Afortunadamente salvo una o dos radiografías de tórax cuando era más pequeña no ha vuelto a recibir ninguna prueba radiológica. Un saludo

El primer principio de protección radiológica es la justificación de la prueba, en base al riesgo beneficio que supone para el paciente, y a que no hay otras pruebas sin exposición a RX con las que se pueda hacer el diagnóstico de una posible patología. La dosis de radiación que reciba el paciente debe ser la mínima necesaria para obtener una imagen apta para el diagnóstico, y por tanto no se puede hablar de dosis excesiva.

La radiografía de abdomen no se considera una prueba que cause alta dosis en absoluto, y esté segura de que, en el Hospital en la que se la han realizado, se ha optimizado el procedimiento para minimizar lo más posible la dosis que ha recibido, garantizando una imagen diagnóstica que ha permitido descartar posibles enfermedades.

Un saludo

 

 

 

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