Me gustaría saber si por la radiación ionica que he recibido en pruebas de radio diagnóstico en mi 31 años de vida aumenta mi probabilidad de tener un tumor o cualquier consecuencia negativa en el medio/largo plazo.
Hasta los 29 años (2020) las pruebas a las que me había sometido que implicasen radiación ionizante serían radiografías simples de torax, abdomen, columna, dental.
A partir de los 29 años:
En el año 2020 me hicieron varias radiografías de torax (unas 3), un tac de torax y cuello en agosto. En octubre de 2020 me hicieron 2 tacs abdomino-pélvicos con contraste con 2 días de diferencia. En 2021 una radiografía abdominal y otra de tórax. En 2022, 2 tacs de mandíbula.
A modo estimación (no recuerdo todas las pruebas que me han hecho);
Pruebas de radiodiagnostico
3 radiografías abdominales
4 radiografías de tórax
3 tacs dentales
4 radiografías dentales
2 radiografías de columna
2 tacs abdomen pelvis con contaste
1 tac de cuello y tórax
A esto si le sumas la radiación de fondo y toda la recibida diariamente por fuentes de no radiodiagnostico y la no ionizante. Me surge la duda de si por estas razones he aumentado la probabilidad de tener alguna mutación en el ADN por esto. El problema es que yo no era consciente de los peligros de la radiación, me he sometido a las pruebas que los médicos me han mandado pero nadie me ha preguntado sobre esto. Con posterioridad al indagar, he llegado a la conclusión de que he recibido una dosis muy alta para lo joven que soy y la radiación es acumulativa. ¿Puedo hacer algo para revertirlo?¿Influye significativamente en la probabilidad de tener un tumor o enfermedad en el futuro? ¿Cómo debo actuar de ahora en adelante?
En contestación a su consulta le comunico que las exploraciones para realizar un correcto diagnóstico que le han practicado, son exposiciones médicas de las que el beneficio para su salud es mucho mayor que el perjuicio que pudieran ocasionarle. De dichas exploraciones, el médico o el odontólogo que las prescribe y el especialista que las realiza, son los que tienen que sopesar si las mismas están justificadas de acuerdo con la reglamentación del Ministerio de Sanidad sobre justificación y optimización del uso de las radiaciones ionizantes en exposiciones médicas.
Las radiaciones no se acumulan en el cuerpo y, además, los seres vivos han desarrollado mecanismos de reparación celular para minimizar los daños producidos por las radiaciones ionizantes y por otros agentes que pueden causar esos mismos daños. Esto quiere decir que la inducción de efectos adversos depende de cada acto de irradiación por separado y en cada uno de ellos es probabilístico. La probabilidad de que se produzca un daño dependerá, entre otros, de la dosis de radiación recibida, de la sensibilidad de los órganos irradiados y de nuestro sistema de reparación.
En este caso, la dosis de radiación que ha recibido a consecuencia de estas exploraciones es muy baja. Con esta dosis y muy por encima de ella, no se han encontrado efectos adversos debidos a la radiación.
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