La eventual utilización de escáneres en aeropuertos por motivos de seguridad, ha provocado en los últimos años un debate sobre los posibles efectos de las radiaciones emitidas por estos equipos sobre la salud de las personas. Hasta la fecha, se han desarrollado equipos para este fin que utilizan las radiaciones ionizantes y otros que utilizan tecnologías de generación de imagen diferentes, a partir de radiaciones no ionizantes.

En relación con los primeros, en noviembre de 2011, la Comisión Europea se pronunció oficialmente en contra del uso de escáneres basados en R-X, con lo que la necesidad de regular dicho uso en España no ha sido necesaria. En la página web de la Comisión Europea, concretamente a la sección “Mobility and Transport”, se presenta la  posición de la Comisión, en la que se puede ver que, en relación con los escáneres de seguridad de los aeropuertos, se establece que:  “only security scanners WHICH DO NOT USE IONIZING RADIATION can be deployed and used for passenger screening” (https://ec.europa.eu/transport/modes/air/security/aviation-security-policy/scanners_en)

En lo que se refiere a la utilización de radiaciones no ionizantes, existen dos tipos de tecnologías. La primera se basa en cabinas dotadas de antenas que emiten señales de alta frecuencia, en el rango de los teraherzios (THz; 1012 Hz) próximo al espectro infrarrojo, y de baja potencia. Estas señales, que tienen muy baja capacidad de penetración en la materia orgánica, atraviesan la vestimenta de la persona explorada y son reflejadas. Las señales reflejadas son recibidas por antenas detectoras de radioseñales situadas en la misma cabina, y la información recibida es procesada y convertida en imágenes digitales tridimensionales de alta calidad. Si bien los efectos biológicos de las radiaciones no ionizantes en el rango de los THz no han sido explorados específicamente con la misma profundidad como la aplicada a la investigación de señales de frecuencias más bajas, como podrían ser las de radiocomunicación, en rangos que alcanzan los gigaherzios (GHz; 109 Hz), la evidencia disponible, unida a la baja potencia y baja penetrabilidad de estas emisiones, han venido permitiendo asumir a las autoridades competentes que la exposición recibida durante la exploración mediante los escáneres aludidos no conlleva riesgos para la salud de la persona expuesta. En cualquier caso, la evidencia al respecto está siendo reevaluada por comités internacionales especializados en protección ante radiaciones no ionizantes. La implantación de este tipo de escáneres estará supeditada a las conclusiones de los citados comités. Los expertos de la SEPR se mantienen informados de los avances en la materia y harán públicas aquellas novedades que pudieran ser de relevancia en materia de protección del público y de los trabajadores.

Una segunda tecnología de exploración. que hace uso de radiaciones no ionizantes y que se utiliza como estrategia auxiliar en la localización de objetos portados en las proximidades del cuerpo, se basa en la detección de ondas milimétricas, también en el rango de los THz, que son emitidas de forma natural por el cuerpo, pero que no son emitidas por los objetos próximos a él. El detector ya no está situado necesariamente en una cabina, sino a metros de distancia del individuo, y permite explorar objetivos en movimiento. Las señales emitidas por el sujeto son captadas por el detector y convertidas en imágenes. Tales imágenes ofrecen un buen contaste entre el cuerpo y los objetos portados, pero son muy inferiores en nitidez a las que se obtienen con las técnicas descritas arriba. Por ello, en este caso las prevenciones derivadas de nuestra aversión a ser “desnudados” en las imágenes, carecerían de base. Tampoco aquí tendría sentido cualquier temor a que la exploración representase algún riesgo para la salud, ya que esta tecnología no emite señales radioeléctricas, sino que se limita a detectar las señales emitidas por el propio cuerpo, identificando la presencia de los objetos portados, que no emiten tales señales.