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Entrevista
  La adhesión al Protocolo es voluntaria y
gratuita. Ya lo han hecho 164 empresas
¿Qué se entiende por emergencia y por qué las fuentes huérfanas se enmarcan en esta área?
Según el diccionario del OIEA, emer- gencia es cualquier situación no usual que provoca un determinado riesgo hacia las personas, el público y el medioambiente. En este sentido, hay que recordar casos graves como el incidente de contaminación radiactiva ocurrido en la localidad brasileña de Goiana, en 1987, donde una fuente huérfana fue manipulada indebidamen- te y provocó varias muertes y muchas personas resultaron contaminadas.
Además, como las fuentes huérfanas están fuera del control regulador pue- den ser usadas, por ejemplo, por grupos terroristas para la fabricación de bom- bas sucias. Por eso, su detección está en el ámbito de nuestra subdirección.
LOS RESIDuOS RADIACTIVOS EN LA RECuPERACIóN y RECICLADO
La fusión de una fuente radiactiva en el horno de producción de una acería, ocurrida en 1998, marcó un hito en la detección y control de material radiactivo en la chatarra. ¿Cómo ocurrió aquel incidente y cuá- les fueron las consecuencias, tanto en el ámbito radiológico como en el industrial?
Efectivamente, ese incidente tuvo lugar en mayo de 1998, en una acería en el sur de España, donde se fundió una fuente de cesio, que se dispersó en la atmósfera y finalmente fue detectada en Francia, cerca de Marsella.
Al hacer las investigaciones se cons- tató que el origen estaba en esa acería, que estaba muy contaminada, y que había contaminado otras instalaciones a las cuales llevaba sus residuos para su gestión posterior. Aquello dio como resultado una contaminación bastante generalizada y supuso unas pérdidas económicas muy importantes para la
instalación, estimadas en unos 20 millo- nes de euros.
Fue el primer caso del que se tenía constancia en España, y no se cono- cían las consecuencias que podría tener la fusión de una fuente, por lo que marcó un hito en la industria.
¿Qué iniciativas se tomaron a partir de aquel momento?
A raíz de aquel incidente, se reunie- ron todos los organismos involucrados, tanto el CSN como los ministerios competentes (Industria y Fomento en aquellos momentos), Enresa, la patro- nal del sector siderúrgico, Unesid, y la federación que agrupa a las empresas de recuperación de chatarra (FER-Fe- deración Española de la Recuperación y el Reciclaje), conjuntamente con los sindicatos mayoritarios.
Tras un proceso de análisis y discu- sión, se creó el Protocolo de colabora- ción sobre la vigilancia radiológica de los materiales metálicos, que define las acciones que deben llevar a cabo cada una de las partes firmantes ante la apa- rición de material radiactivo dentro de una instalación.
Desde entonces, el Protocolo se ha consolidado como un elemento dinámi- co. Continuamente mantenemos reunio- nes los representantes de cada una de las partes firmantes, para mejorarlo y resolver interpretaciones de problemas.
¿Cuántas fuentes o materiales con contenido radiactivo se han localiza- do gracias al Protocolo?
Desde 1988 hasta el 31 de diciem- bre de 2017 se han detectado 1824 materiales radiactivos, de los que apro- ximadamente el 50 % son materiales NORM, de origen natural, y del orden del 15 % son fuentes radiactivas, es decir unas 240 fuentes, de las cuales ha habido 11 fusiones.
Estos datos confirman que el Protoco- lo es una herramienta muy útil.
¿Cuáles son los pasos que deben seguir las empresas para su incorpo- ración al Protocolo? ¿Es un proceso voluntario? ¿Tiene coste?
La adhesión al Protocolo es voluntaria, y las empresas tienen la posibilidad de
adherirse o no. El proceso de incor- poración es muy sencillo. Solo deben enviar una carta al Ministerio para la Transición Ecológica, con toda la información requerida, y el ministerio procede a darla de alta.
Es un procedimiento gratuito, si bien la empresa debe dotarse de la instru- mentación radiológica necesaria, en función del tipo de industria, para poder hacer la vigilancia radiológica. En este momento están adheridas al Protocolo 164 empresas.
Lo bueno del Protocolo es que articu- la muchos campos, desde la detección de la radiación, pasando por la forma- ción de los profesionales frente a los riesgos de las radiaciones ionizantes y cómo actuar, hasta los procedimientos a seguir en caso de emergencia.
El Protocolo ha conseguido aunar a todos los sectores implicados, logrando que trabajen al unísono, todo pilotado por el CSN, que ostenta la presidencia del grupo técnico.
¿Se han modernizado los procedi- mientos para la incorporación de las empresas al Protocolo?
Efectivamente, tanto el proceso como el contacto entre el CSN y las empresas han mejorado mucho.
De hecho, se ha creado una herra- mienta ofimática, dentro de la sede electrónica del CSN en la que se rea- lizan todas las gestiones, para que las empresas introduzcan todos los datos, de manera que quedan directamente grabados en nuestras bases de datos, lo que resulta mucho más operativo.
¿Qué actuaciones debe poner en marcha la empresa en el momento que se detectan estos materiales en sus instalaciones?
En el Protocolo están claramente espe- cificados todos los pasos que debe seguir la empresa si detecta una fuente radiactiva. Más concretamente, en el
El Protocolo ha conseguido aunar a todos
los sectores implicados, logrando que trabajen al unísono
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RADIOPROTECCIÓN • No 92 • Julio 2018

































































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